La producción de Mezcal Ancestral, culturalmente hablando, es un legado pre-hispánico desde nuestra lectura de la Dra. Serrapuche. Creemos que nuestros ancestros nos dejaron más que el eleborar las ollas de barro para nuestra destilación.
Nuestra botella fue diseñada por BRS BlessedRemedySpirits.com
para transmitir lo hecho por manos mexicanas, respetando los procesos ancestrales que hemos heredado.
El corcho te hace recordar de donde viene el mezcal... de una piña jimada con alta cantidad de azúcares.
El Tiliche representa para los Oaxaqueños un ser nuevo dentro de la Guelaguetza, la máxima fiesta de los oaxaqueños en Oaxaca, que ha tenido tal gusto por la gente local que todos nos sentimos tiliches. Además, la música de viento que acompaña el danzar de los tiliches es muy alegre y de fiesta por lo que queremos resaltar el movimiento de los retazos del tiliche, sus caras que representan animales de la región de Putla en Oaxaca y el compartir nuestra tradiciones y costumbres que tenemos en Oaxaca.
“Putla de Guerrero, Oax.,-Daba inicio la segunda década del siglo XX y con ello surgió el grupo de los llamados “Marmanos”, ahora conocidos como los “Viejos”. En un principio imitaban el hablar de un anciano y por no decir: “Mi hermano”, solían decir “Marmano”. Continuamente se daban abrazos de afecto.
Su traje estaba lleno de parches y alguna que otra tira, imitando rasgaduras, pues cuando traían un parche de tela nueva solían presumir estar estrenando. Con el transcurrir del tiempo, el traje va haciéndose diferente porque ahora en lugar de parches son tiras. Este grupo es el de mayor gusto, arraigo y simpatía significativa en la tradición de nuestro pueblo. Sus fundadores fueron dos viejos Putlecos: Don Heziquio Pimentel Terrones y Don Julián Terrones.
Los “marmanos” comenzaron a bailar sin el torito. Pero después sin poderles decir de quien surgió la idea ya empezaron a sacar el toro solamente en los tres últimos días de carnaval.
Solían esconder el toro en diferentes lugares: en los encierros de pastura de las orillas del pueblo, para luego ir al día siguiente, entre gritos y gran jolgorio con lazos, mecates de palma y reatas de lazar, así como de algunos tenates de palma y bandejas con sal, invitando a todos para a ir a traer el toro, pues en varias ocasiones les costaba hallarlo. Cuando encontraban el toro, le enredaban bejucos, zacate o hierbas en los cuernos y la mayoría traía zacate llamándolo; otros arreando, toreando y lazando. Toda esta algarabía era acompañada por la música de viento tocando los sones del carnaval.
Don Miguel Terrones, comentó. En los años treinta del siglo XX, hubo un singular cambio en cuanto a los parches. En lugar de ellos, le fueron agregados tiliches hechos de ropa vieja e inservible. Algunos hicieron sombreros de petates viejos, las caretas siguieron siendo de pieles de animales pequeños como: Tlacuaches, mapaches, zorros, conejos, ardillas, chivos y otros. Le agregaron una nariz de tela alargada en forma de bolsa, rellenas de aserrín o de pedazos de tela como del tamaño de dos salchichas. A los disfrazados, se les ofrecía Masa y Barbacoa de Chivo en la comida.”